Homilía del Papa Francisco en la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo [TEXTO COMPLETO ]
VATICANO, 24 Mar. 16 / 03:41 pm (ACI).- El Papa Francisco celebró este Jueves Santo la Misa de la Cena
del Señor en el Centro de Acogida para los Solicitantes de Asilo a las afueras
de Roma (Italia), donde lavó los pies a una voluntaria y once refugiados, entre
ellos tres musulmanes y un hindú.
En
su homilía, el Santo Padre hizo un llamado a la fraternidad entre los miembros
de las diversas religiones y dijo que mientras Jesús, siendo el Maestro, lava
los pies; en el atentado de Bruselas (Bélgica), estuvo un Judas que detrás
tiene a los traficantes de armas que quieren sangre y guerra, y no la
hermandad.
A
continuación la homilía del Papa Francisco:
Los
gestos hablan más que las imágenes y que las palabras. Los gestos...hay, en
esta Palabra de Dios que hemos leído, dos gestos: Jesús que sirve, que lava los
pies...Él, que era el ‘jefe’, lava los pies de los demás, a los suyos, a los
más pequeños. Un gesto. El segundo gesto: Judas que va donde los enemigos de
Jesús, donde aquellos que no quieren la paz con Jesús, a tomar el dinero con el
que lo traicionó, las 30 monedas. Dos gestos.
También
hoy, aquí, hay dos gestos: esto, todos nosotros, juntos: musulmanes, hindúes,
católicos, coptos, evangélicos, pero hermanos, hijos del mismo Dios que
queremos vivir en paz, integrados. Un gesto. Tres días atrás, un gesto de
guerra, de destrucción en una ciudad de Europa, de gente que no quiere vivir en
paz. Pero detrás de aquel gesto, como detrás de Judas, habían otros.
Detrás
de Judas estaban aquellos que dieron el dinero para que Jesús fuese entregado.
Detrás de ‘aquel’ gesto, están los fabricantes, los traficantes de armas que
quieren la sangre, no la paz; que quieren la guerra, no la fraternidad.
Dos
gestos, lo mismo: Jesús lava los pies, Judas vende a Jesús por dinero. Ustedes,
nosotros, todos juntos, diversas religiones, diversas culturas, pero hijos del
mismo Padre, hermanos. Y allá, pobrecitos aquellos, que compran las armas para
destruir la fraternidad.
Hoy,
en este momento, cuando haga el mismo gesto de Jesús de lavar los pies a
ustedes doce, todos estamos haciendo el gesto de la fraternidad y todos
decimos: ‘Somos diversos, somos diferentes, tenemos diferentes culturas y
religiones, pero somos hermanos y queremos vivir en paz’. Y este es el gesto
que hago con ustedes.
Cada
uno de nosotros tiene una historia encima, cada uno de ustedes tiene una
historia encima. Tantas cruces, tantos dolores, pero también tiene un corazón
abierto que quiere la fraternidad. Cada uno, en su propia lengua religiosa,
rece al Señor para que esta fraternidad se contagie en el mundo, para que no
haya las 30 monedas para matar al hermano, para que siempre haya la fraternidad
y la bondad. Así sea.
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