Francisco en Sta. Marta: 'Es mejor morderse la lengua que hablar mal de otro"
*El Santo padre en
su homilía cotidiana recuerda que Jesús pacificaba. En cambio la
división y zizaña es obra del diablo
Ciudad del
Vaticano,
[05/09/15]
Jesús pacificaba y
reconciliaba, en cambio en la actualidad en la Iglesia existe el peligro
de sembrar divisiones y poner zizaña. Lo indicó este viernes el papa Francisco
en su homilía de la misa cotidiana que celebra en la Residencia Santa Marta.
Refiriéndose a la
carta a los Colosenses, san Pablo muestra el documento de identidad de Jesús:
“El Padre lo ha enviado para 'reconciliar y pacificar' a la humanidad con Dios
después del pecado".
“La paz es obra de
Jesús” dijo el Papa, de su “abajarse para obedecer hasta la muerte y muerte de
cruz”. “Y cuando hablamos --prosiguió el Santo Padre-- de paz o de
reconciliación, pequeñas paces, pequeñas reconciliaciones, tenemos que pensar a
la gran paz y a la gran reconciliación que ha hecho Jesús”.
Nuestra tarea,
indicó, en medio a las noticias de guerra, de odio y también sobre las familias
es “ser hombres y mujeres de paz, hombres y mujeres de reconciliación”. Y
es bueno que nos preguntemos, indicó Fancisco: “¿Siembro yo la paz?, por
ejemplo con mi lengua siembro paz o zizania?
Cuantas veces
hemos oído decir de una persona: 'Ese tiene una lengua de serpiente', porque
hace como la serpiente con Adán y Eva, ha destruido la paz. Y esto
es un mal, una enfermedad en nuestra Iglesia: sembrar la división, el
odio, y no la paz. Y todos los días deberíamos hacernos esta pregunta: ¿Yo hoy
he sembrado paz o zizaña. Quien lleva la paz es santo y quien la discordia
terrorista.
Los cristianos por
lo tanto están llamadas a ser como Jesús, que “vino entre nosotros para
pacificar, para reconciliar”.
Y consideró que
“si una persona durante su vida no hace otra cosa que reconciliar y pacificar
se la puede canonizar, esa persona es santa. Pero debemos crecer en ésto,
convertirnos: nunca una palabra que sea para dividir, nunca una palabra que
traiga guerra o pequeñas guerras, nunca las habladurías”.
Y sobre los
chismes o chismorreos el Santo Padre quiso precisar: “Y si yo pienso: ¿Qué son
los chismes? No, nada, solo decir una palabrita contra el otro o contar una
histora”. Entonces subrayó: “No, las habladurías son terrorismo, porque
quien chismorrea hace como un terrorista que tira una bomba y se va. Destruye,
con la lengua destruye y no trae la paz. Pero es astuto, porque no es un
terrorista suicida, no, no, él se protege bien”.
Así, el Papa hizo
una invitación: Cada vez que les venga ganas de decir algo que siembra
zizaña, prosiguió Francisco, “muérdanse la lengua”. Y les aseguro que si hacen
este ejercicio de morderse la lengua en vez de sembrar zizaña, “los primeros
tiempos sentirán que se les hinchará la lengua”. E invitó a
no olvidarse que “el diablo tiene como oficio, dividir”.
La oración final
propuesta por el Pontífice fue: “Señor, tu que nos has dado la vida dadme la
gracia de pacificar, de reconciliar. Tú has derramado tu sangre, que no me
importe si se me hincha la lengua cuando la muerda antes de hablar mal de
otro”.
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