Poner fin a la violencia contra la mujer
*De las palabras los hechos muy
lejano.
ONU.
[24/08/15]
La violencia contra la mujer es
una forma de discriminación y una violación de los derechos humanos, causa
sufrimientos indecibles, cercena vidas y deja a incontables mujeres viviendo
con dolor y temor en todos los paÃses del mundo.
Causa perjuicio a las familias
durante generaciones, empobrece a las comunidades y refuerza otras formas de
violencia en las sociedades; la violencia contra la mujer les impide alcanzar
su plena realización personal, restringe el crecimiento económico y obstaculiza
el desarrollo, la generalización y el alcance de la violencia contra la mujer
ponen de manifiesto el grado y la persistencia de la discriminación con que
siguen tropezando las mujeres.
Por consiguiente, sólo se puede
eliminar tratando de eliminar la discriminación, promoviendo la igualdad y el
empoderamiento de la mujer y velando por el pleno ejercicio de los derechos
humanos de la mujer.
Toda la humanidad saldrÃa
beneficiada si se pusiera fin a este tipo de violencia, ya que se han logrado
grandes progresos en la creación del marco internacional para lograrlo.
Sin embargo, han surgido nuevas
formas de violencia y, en algunos paÃses, se ha producido un retroceso en los
avances hacia la igualdad y la ausencia de violencia que habÃa logrado ya la
mujer o están en una situación precaria.
El predominio constante de la
violencia contra la mujer es una demostración de que los Estados todavÃa no han
encarado el problema del compromiso polÃtico, la visibilidad y los recursos
necesarios.
La violencia contra la mujer no
es invariable ni inevitable y podrÃa reducirse radicalmente y llegar a
eliminarse, con la voluntad polÃtica y los recursos necesarios, en el presente
estudio se señalan las vÃas para eliminar las diferencias entre las
obligaciones contraÃdas por los Estados en virtud de las normas, reglas y
polÃticas internacionales y la forma indebida e irregular en que se aplican a
nivel nacional.
Para lograrlo habrá que realizar
esfuerzos de manera que la erradicación de la violencia contra la mujer llegue
a ser una prioridad máxima en los planos local, nacional e internacional.
Responsabilidad de los Estados
Los Estados tienen obligaciones concretas y
claras de abordar la cuestión de la violencia contra la mujer, ya sea que la
ejerzan agentes del Estado como otros agentes.
Los Estados tienen que responder ante las
propias mujeres, ante todos sus ciudadanos y la comunidad internacional.
Los Estados tienen el deber de
prevenir actos de violencia contra la mujer; investigarlos cuando ocurran y
enjuiciar y castigar a los perpetradores; asà como de ofrecer reparación y
socorro a las vÃctimas.
Si bien las distintas circunstancias
y limitaciones obligan al Estado a adoptar diferentes tipos de medidas, esto no
justifica la inacción del Estado.
Sin embargo, muchos Estados en
todo el mundo no aplican a cabalidad las normas internacionales relativas a la
violencia contra la mujer, cuando el Estado no exige responsabilidades a los
perpetradores de la violencia, no sólo alienta la comisión de nuevos actos de
esa Ãndole, sino que da a entender que la violencia que ejerce el hombre contra
la mujer es aceptable o normal.
El resultado de esa impunidad no
es sólo la 48022-07 w01.qxd 7/31/07 2:54 PM Page vi vii negación de la justicia
a las distintas vÃctimas/sobrevivientes, sino que refuerza las desigualdades
predominantes que afectan a otras mujeres y niñas también.
El estado debe comprometerse permanentemente.
Los Estados deberÃan asignar
recursos y financiaciones suficientes a los programas destinados a tratar de
resolver y reparar los casos de violencia contra la mujer Si no se pone freno a
esta violencia los costos sociales, polÃticos y económicos serán enormes, lo
que obligará a realizar inversiones proporcionales en la seguridad de la mujer.
Dicho esfuerzo requiere un
aumento de la voluntad polÃtica expresada mediante una mayor aportación de
recursos financieros y humanos.
Sectores como la justicia, la
salud, la vivienda y la educación son fundamentales para ayudar a la mujer que
sobrevive a la violencia a tener acceso a los servicios jurÃdicos, de salud y
sociales eficaces, asà como para intensificar la labor de prevención.




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