¿Qué lugar tenemos en el mundo?
Cuidar nuestra casa
Pbro. José Martínez
Colín
1) Para saber
Un aspecto
importante que el Papa Francisco señala para tener en cuenta en la ecología es
el papel de la persona en su relación con la naturaleza. Existe el peligro de
caer en uno de dos extremos: o considerar al hombre como dueño absoluto de la
naturaleza, o considerarlo como una más de las criaturas con la misma dignidad.
Para no caer en esos peligros, la fe nos da una luz que nos permite encontrar
el lugar que nos corresponde en la creación.
Por una parte, el
primer peligro, lo encontramos en el libro del Génesis cuando: “La armonía
entre el Creador, la humanidad y todo lo creado fue destruida por haber
pretendido ocupar el lugar de Dios, negándonos a reconocernos como criaturas
limitadas”. Esa ruptura, dice el Papa, fue el pecado
Aquí vemos que un
principio fundamental en la ecología es que la tierra nos fue dada por el
Creador y por ello hemos de saber respetarla. De hecho, en las primeras páginas
de la Biblia se encuentra el mandato dado al hombre de “labrar y cuidar” el
jardín del mundo, es decir, está llamado a proteger, custodiar y guardar la
tierra.
2) Para pensar
El otro peligro, el
de darle a la persona humana la misma dignidad que cualquier criatura, también
acarrea graves males. La Biblia nos enseña que “cada ser humano es creado por
amor, hecho a imagen y semejanza de Dios”. Con esta afirmación se nos muestra
la inmensa dignidad de cada persona humana, que no es solamente “algo”, sino
“alguien”. Ello pone al hombre sobre toda las otras criaturas, pero, como se
vio, no para abusar de la naturaleza, sino para cuidarla por su propio bien.
Hay momentos de la
historia que se olvida este lugar de la persona. Hubo una líder comunista que
le cambió la vida al leer en un pequeño libro religioso: “Dios te ha dado la
vida para que lo conozcas, lo ames, actúes por Él durante la vida y luego vivas
feliz en la otra vida”. Estas palabras ya no la dejaron en paz y ella misma
decía: “En mis 30 años de comunismo yo jamás había oído una sola palabra acerca
de lo importante que es una persona. Para el comunismo lo que cuenta es el
partido; cada individuo sólo es una pieza despersonalizada y desechable;
únicamente sirve para las finalidades del partido”. Este descubrimiento
despertó en esa persona un deseo de comunicarlo a los demás. Y después de
recibir la preparación adecuada y bautizarse, se dedicó en adelante a propagar ese
plan de felicidad que Dios tiene para toda la humanidad.
Pensemos si sabemos
darle el lugar que le corresponde a las personas con las que tratamos que,
independientemente de su forma de ser y sus cualidades, tienen una gran
dignidad, la misma que nosotros.
3) Para vivir
Por no tener claro
el lugar correspondiente de la persona en la creación, se pueden encontrar
acciones absurdas donde se valore igual o más a un animal que a una persona.
Por ejemplo, en Londres una señora dejó su fortuna de millones a su gatita “Kitty”
para asegurarle un futuro.
El Papa nos dice en
su encíclica que la mejor manera de poner en su lugar al ser humano es “volver
a proponer la figura de un Padre creador y único dueño del mundo”. De esta
manera veremos a los demás hombres como sus hijos y a las demás criaturas como
salida de sus manos.
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