Papa Francisco lava pies a 12 mujeres y hombres presos de la Cárcel de Rebibbia
VATICANO, 02 Abr. 15 / 12:30 pm (ACI/EWTN Noticias).
El
Papa Francisco lavó los pies este Jueves Santo a 12 detenidos,
hombres y mujeres, de la cárcel de Rebibbia, a las afueras de Roma. Fueron dos
mujeres nigerianas, una congoleña, dos italianas, una ecuatoriana y al hijo de
una de ellas. También a un hombre de nacionalidad brasileña, a otro nigeriano y
a cuatro italianos.
La celebración de la misa de
la Cena del Señor y el lavatorio tuvieron lugar en el templo de la prisión, la Iglesia del
Padre Nuestro.
En el interior, 300 detenidos
participaron de la celebración, y aunque el Pontífice lavó los pies a doce,
pocos minutos antes, en la homilía, dejó claro que en ellos estaban
representados todos los demás. “Yo hoy lavaré los pies de doce de vosotros.
Pero en estos hermanos y hermanas están representados todos, todos aquellos que
viven aquí. Vosotros les representáis”, dijo a los detenidos.
Los detenidos permanecieron
sentados a ambos lados del altar, en dos grupos de seis. Sus rostros fueron de
absoluta emoción ante el hecho de que el Papa Francisco, a ejemplo de lo que
hizo Jesús con sus discípulos, les lavase los pies.
A cada uno, tras secárselos con
una toalla, el Papa Francisco les miró sonriente y con gesto de cariño. Una de
las mujeres de nacionalidad africana aprovechó para que le bendijera unas
cruces que llevaba en la mano, tras lo cual se la vio orar.
En el segundo grupo, el Papa lavó
los pies a una mujer africana que en sus brazos llevaba a su hijo de unos tres
años. Francisco lavó primero los pies al pequeño, y a continuación a su madre,
que rompió a llorar llena de emoción al ver como de nuevo el Pontífice besaba
el pie del niño por segunda vez. A su lado otra mujer derramó lágrimas mientras
el Santo Padre se arrodillaba ante ella y repetía el gesto.
a celebración estuvo repleta de
emoción y de alegría, palpable también en los niños que se movían libremente ya
desde antes de la llegada del Pontífice e incluso cuando Francisco estaba
lavando los pies.
En la homilía que hizo poco antes
del lavatorio recordó a los detenidos que “Jesús nos amó, Jesús nos ama sin
límites, siempre, hasta el final. El amor de Jesús por nosotros no tienen
límites. Siempre es más, siempre es más. No se cansa de amar, a ninguno”.
El Santo Padre destacó además que
“su amor es así, personal. El amor de Jesús no defrauda jamás, porque no se
cansa de amar, como no se cansa de perdonar, no se cansa de abrazarnos”.
Sobre el sentido del lavatorio de
pies explicó que en la época de Jesús “esto no lo hacía el dueño de la casa, lo
hacían los esclavos, era trabajo de esclavos. Y Jesús lava como esclavo
nuestros pies”.
“Es tanto el amor de Jesús que se
ha hecho esclavo para servirnos, para sanarnos, para limpiarnos y hoy en esta
Misa la Iglesia quiere que el sacerdote lave los pies de doce personas,
como memoria de los Doce Apóstoles”.
Al llegar el Pontífice al
exterior de la Prisión, antes de celebrar la Misa, cientos de personas le
esperaron para saludarle. Entre ellos, otros 300 detenidos que le estrecharon
la mano y le pidieron ser bendecidos. También estuvo presente el personal de la
policía penitenciaria, el personal administrativo y los voluntarios de la
prisión. Poco antes de entrar en la iglesia, el Papa dio las gracias a todos
por la acogida que le dedicaron.
La cárcel de Rebibbia “Nuevo
Complejo” (llamada así para diferenciarla de otras que se encuentran en la
misma zona), fue inaugurada en 1971. Está dividida en 15 departamentos para los
detenidos, entre los que se incluyen los referentes a la toxicodependencia o a
los delitos contra la persona o el patrimonio.
En la prisión se desarrollan
diversas pastorales, como la iniciación cristiana de adultos, grupos de oración
“Padre Pío” o coloquios con los detenidos.
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