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Veracruz frente a una epidemia ignorada: VIH avanza sin control mientras autoridades minimizan la crisis

Especialistas alertan que el estado vive una de las emergencias de salud pública más graves del país
Veracruz, a 1 de diciembre de 2025.- La emergencia por el VIH en Veracruz crece silenciosamente ante la ausencia de políticas públicas efectivas. Expertos advierten que la entidad se mantiene entre los primeros lugares nacionales en nuevos contagios y casos acumulados, mientras persisten fallas en la detección, prevención y atención a mujeres embarazadas. La crisis, señalan, avanza más rápido que la respuesta oficial.

Una epidemia fuera del radar oficial

La emergencia por el VIH en Veracruz continúa expandiéndose sin que exista una respuesta contundente por parte del gobierno estatal. Así lo denunció Patricia Ponce Jiménez, coordinadora del Grupo Multisectorial en VIH-SIDA, quien calificó la situación como “desbordada” y fuera de control, debido a la falta de reconocimiento oficial y a la inexistencia de estrategias integrales para frenar los contagios.

Según la especialista, el VIH en la entidad no solo persiste: se agrava. Veracruz ha mantenido por años un comportamiento epidemiológico alarmante que las autoridades, afirma, se rehúsan a enfrentar con la seriedad necesaria.

Veracruz, en los peores indicadores del país

Las cifras oficiales muestran una realidad inquietante: el estado ocupa el segundo lugar nacional en casos acumulados de VIH y se posiciona de manera recurrente en el primer sitio en nuevos contagios.

Cada año —de acuerdo con los registros gubernamentales— alrededor de mil 800 personas adquieren el virus, aunque este número podría ser significativamente mayor. La razón: la falta de diagnósticos oportunos, especialmente en poblaciones vulnerables.

Ponce Jiménez subraya que el subregistro es evidente, lo que impide dimensionar la magnitud real del problema. “No sabemos cuántas personas viven con el virus sin haber sido detectadas”, alertó.

Prevención insuficiente y fallas estructurales

Uno de los puntos más críticos es la ausencia de campañas permanentes de prevención y educación sexual. La experta señala que el estado ha dejado de lado la promoción del uso del condón, la detección oportuna y la capacitación del personal de salud.

La falta de pruebas rápidas para mujeres embarazadas representa otro indicador del rezago:
bebés siguen naciendo con el virus debido a omisiones en el control prenatal, una falla que especialistas consideran inadmisible en pleno 2024.

Este escenario refleja, dijeron, un sistema de salud que no solo carece de recursos, sino de voluntad política para atender una crisis que afecta a miles de familias veracruzanas.

Una emergencia que exige respuesta inmediata

La situación en Veracruz, de acuerdo con Ponce Jiménez, demanda acciones urgentes y coordinadas: ampliar el acceso a pruebas, garantizar abasto de medicamentos antirretrovirales, implementar campañas educativas y reforzar la atención integral en centros de salud.

Más allá de las cifras, la epidemia representa historias de vida que requieren atención digna y oportuna. Su avance silencioso revela una crisis estructural que podría profundizarse si no se implementan decisiones estratégicas de alto impacto.

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