La tradición músico-danzaria de Cuba recibe aval internacional en sesión celebrada en Nueva Delhi
India, a 27 de diciembre de 2025.- La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) inscribió la Práctica del Son Cubano en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, destacando su valor histórico, social y simbólico. El reconocimiento reafirma al son como una de las expresiones más influyentes de la cultura cubana y de la música popular del mundo.
Un reconocimiento de alcance mundial
Durante su vigésima sesión, celebrada el 10 de diciembre de 2025 en Nueva Delhi, India, el Comité Intergubernamental de la UNESCO aprobó la inscripción de la Práctica del Son Cubano como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La decisión coloca a este género musical y danzario en el mapa de las expresiones culturales que la comunidad internacional se compromete a salvaguardar y promover.
La declaratoria consagra al son como una de las tradiciones más sólidas y representativas del acervo cultural de Cuba, reconociendo su permanencia viva a lo largo de más de un siglo y su capacidad de adaptación a distintos contextos sociales y generacionales.
Pilar de la identidad cultural cubana
En su dictamen, la UNESCO subrayó que el son cubano constituye un “pilar histórico” de la música tradicional bailable de la isla y un “elemento esencial de la identidad cultural nacional”. Surgido a finales del siglo XIX en la región oriental de Cuba, el son es fruto de un profundo proceso de mestizaje entre las tradiciones musicales africanas e hispanas.
Su estructura caracterÃstica —que alterna el canto solista con la respuesta coral y culmina en el montuno— fomenta la participación colectiva, el diálogo musical y el baile en pareja, convirtiendo cada interpretación en un acto comunitario que refuerza los lazos sociales y la transmisión oral de saberes.
El son como herencia viva y comunitaria
Más allá de su valor artÃstico, la UNESCO destacó que la práctica del son fortalece la cohesión comunitaria y genera un sentido compartido de pertenencia e identidad. Su enseñanza y preservación se transmiten de generación en generación, desde espacios familiares y barriales hasta escenarios nacionales e internacionales, manteniendo viva una tradición que evoluciona sin perder su esencia.
Este carácter vivo fue determinante en la evaluación del expediente de candidatura, elaborado por las propias comunidades portadoras del son y respaldado por instituciones culturales cubanas, entre ellas el Instituto Cubano de la Música (ICM) y el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.
Celebración y proyección internacional
La declaratoria fue recibida con entusiasmo en Cuba. El Instituto Cubano de la Música celebró el reconocimiento como “un merecido homenaje a la creatividad y la alegrÃa de todo un pueblo”, asà como un tributo a los soneros y soneras que han llevado este género a escenarios de todo el mundo.
El reconocimiento también subraya la influencia global del son cubano, cuya expansión internacional se consolidó a partir de la década de 1920 con el auge de la radiodifusión comercial. Considerado la base de géneros como el mambo, el cha-cha-chá y la salsa, el son ha dejado una huella profunda en la música popular mundial

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