Iglesia Católica llama a rescatar el sentido espiritual de las posadas y evitar excesos en su celebración

La Diócesis de Veracruz exhorta a vivir las posadas como un acto de fe y preparación para la Navidad

Veracruz, a 14 de diciembre de 2025.- En el inicio del tiempo decembrino, la Iglesia Católica hizo un llamado a los feligreses para que las posadas no sean vistas únicamente como fiestas sociales, sino como una tradición profundamente religiosa que recuerda el peregrinaje de María y José antes del nacimiento de Jesús. El vocero de la Diócesis de Veracruz, Aurelio Mojica Limón, subrayó la importancia de rescatar el verdadero significado espiritual de estas celebraciones, al tiempo que destacó el fervor y la participación masiva en las recientes festividades en honor a la Virgen de Guadalupe.

Posadas: una tradición de fe y preparación espiritual

Previo a la homilía dominical, el vocero de la Diócesis de Veracruz, Aurelio Mojica Limón, recordó que del 16 al 24 de diciembre se llevan a cabo las tradicionales posadas, las cuales representan el peregrinar de María y José en Belén, quienes tocaron puertas en busca de alojamiento para el nacimiento del Niño Dios. Explicó que este acto simbólico tiene como finalidad preparar el corazón de los creyentes para la llegada de la Navidad, invitando a la reflexión, la oración y la convivencia fraterna.

Mojica Limón enfatizó que, con el paso de los años, el sentido original de las posadas se ha ido diluyendo, transformándose en celebraciones marcadas por el consumo excesivo de alcohol y otros excesos que poco tienen que ver con su origen religioso. Ante ello, la Iglesia exhorta a los católicos a reenfocar estas fechas hacia la vivencia espiritual y el encuentro familiar.

Un llamado a evitar excesos y rescatar valores

“El mensaje y la invitación de la Iglesia es no perder el espíritu de esta tradición y que no se vaya a los excesos, sobre todo en lo que respecta al consumo de licor”, expresó el vocero diocesano. Añadió que las posadas deben ser entendidas como un camino de preparación interior para recibir a Dios, quien viene a traer un mensaje de salvación y esperanza para la humanidad.

Asimismo, insistió en que la esencia de la posada radica en la solidaridad, la humildad y la acogida, valores que pueden fortalecerse mediante la oración, los cantos tradicionales, el compartir alimentos sencillos y la convivencia sana entre vecinos y familiares.

Posadas para niños y retos actuales

Mojica Limón señaló que en algunas comunidades, las parroquias organizan posadas dirigidas especialmente a niñas y niños, con el objetivo de inculcar desde temprana edad el significado religioso de esta tradición. Estas celebraciones suelen incluir oraciones, cantos, piñatas y la entrega de dulces, siempre en un ambiente formativo y familiar.

No obstante, reconoció que este tipo de actividades se han reducido en ciertas zonas debido a problemas de inseguridad, lo que representa un reto para la preservación de las tradiciones religiosas comunitarias. Aun así, la Iglesia mantiene el compromiso de buscar alternativas para seguir transmitiendo estos valores a las nuevas generaciones.

Fervor guadalupano, símbolo de unidad nacional

En otro tema, el vocero diocesano destacó la amplia participación de fieles en la celebración de la Virgen de Guadalupe, una de las expresiones de fe más importantes para el pueblo mexicano. Indicó que, a nivel nacional, millones de peregrinos se unieron en oración y manifestaciones de devoción, renovando su fe y fortaleciendo el sentido de unidad.

“Fue una gran fiesta como cada año, una fiesta a nuestra madre, por la importancia que tiene para nuestra nación y por el mensaje de unidad que nos transmite”, afirmó. Recordó que en la Basílica de Guadalupe se reportó la asistencia aproximada de 13 millones de peregrinos, lo que confirma la vigencia y fuerza del fervor guadalupano.

Celebraciones en paz y sin incidentes

Finalmente, Aurelio Mojica Limón informó que dentro de la Diócesis de Veracruz no se registraron incidentes durante las celebraciones guadalupanas, las cuales se desarrollaron en un ambiente de orden, paz y respeto. Subrayó que este comportamiento refleja el profundo sentido religioso de los fieles y su compromiso con una fe vivida de manera responsable.