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Estados Unidos designa al Clan del Golfo como organización terrorista internacional

El grupo criminal, con miles de integrantes, mantiene conversaciones de paz con el gobierno de Gustavo Petro
Estados Unidos, a 16 de diciembre de 2025.- El gobierno de Estados Unidos, a través del Departamento de Estado, designó oficialmente al Clan del Golfo —también conocido como Ejército Gaitanista de Colombia— como Organización Terrorista Extranjera. El anuncio, realizado por el secretario de Estado Marco Rubio, coloca a este grupo criminal en la lista de mayor riesgo global, al considerarlo responsable de violencia sistemática, narcotráfico a gran escala y ataques contra civiles y autoridades. La medida ocurre en un contexto complejo, ya que el grupo mantiene negociaciones de paz con el gobierno colombiano.

Una designación de alto impacto internacional

Mediante un comunicado oficial, el Departamento de Estado de Estados Unidos informó que el Clan del Golfo fue clasificado tanto como Organización Terrorista Extranjera (FTO) como Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT). Marco Rubio afirmó que se trata de una organización “violenta y poderosa, con miles de miembros”, cuya principal fuente de financiamiento es el tráfico de cocaína a gran escala.

De acuerdo con el gobierno estadounidense, los recursos obtenidos del narcotráfico son utilizados para sostener una estructura criminal que ha perpetrado ataques contra funcionarios públicos, fuerzas de seguridad, personal militar y población civil en Colombia, lo que justifica su inclusión en esta categoría.

El mayor grupo criminal de Colombia

El Clan del Golfo es considerado el grupo criminal más grande y con mayor presencia territorial en Colombia. Cuenta con aproximadamente 9 mil integrantes, distribuidos en diversas regiones estratégicas del país, particularmente en zonas clave para el tráfico de drogas y rutas internacionales.

Autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), el grupo surgió tras la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en 2006. Fue fundado por el paramilitar Vicente Castaño, quien se separó de las AUC durante ese proceso. Aunque Castaño desapareció en 2007, la organización logró consolidarse en la región de Urabá, un corredor estratégico con salida tanto al océano Pacífico como al mar Caribe y conexión con el Tapón del Darién, frontera natural entre Colombia y Panamá.

Liderazgos, capturas y continuidad criminal

Durante más de una década, el Clan del Golfo estuvo bajo el control de los hermanos Juan de Dios y Dairo Antonio Úsuga, conocidos como Giovanni y Otoniel. Este último fue capturado en 2021, extraditado a Estados Unidos y condenado a 45 años de prisión por el envío de cerca de 97 toneladas de cocaína a territorio estadounidense.

Tras su captura, el liderazgo fue asumido por Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo, considerado actualmente el máximo dirigente del grupo, lo que ha permitido la continuidad de las operaciones criminales pese a los golpes gubernamentales.

Tensiones con el proceso de paz de Gustavo Petro

La designación estadounidense se produce mientras el Clan del Golfo mantiene conversaciones de paz con el presidente colombiano Gustavo Petro, como parte de su estrategia para poner fin a más de seis décadas de conflicto armado. Estas negociaciones, que se desarrollan en Catar, contemplan posibles penas de prisión para los líderes del grupo.

Sin embargo, la nueva clasificación como organización terrorista podría complicar el proceso, especialmente si las conversaciones no concluyen antes del término del mandato de Petro. Aunque el Clan del Golfo no ha tenido históricamente una agenda política clara, en años recientes ha intentado posicionarse como actor político para acceder a beneficios jurídicos en las negociaciones.

Una señal de endurecimiento contra el crimen transnacional

Con esta designación, Estados Unidos reiteró su compromiso de utilizar “todas las herramientas disponibles” para frenar la violencia y el financiamiento de organizaciones criminales transnacionales. La medida refuerza la presión internacional sobre el Clan del Golfo y envía un mensaje claro sobre la postura estadounidense frente a los cárteles que operan más allá de sus fronteras.

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