El joven sacerdote partió a la Casa del Padre a los 29 años, dejando una huella profunda en la comunidad que acompañó hasta el final
Por Arquímedes González.
Misantla, Ver., a 25 de diciembre de 2025.- La localidad de Arroyo Hondo, en el municipio de Misantla, vivió una jornada marcada por el dolor, la oración y la esperanza cristiana con la misa de cuerpo presente del presbítero Rafael Salvador Martínez. La celebración, encabezada por monseñor José Trinidad Zapata Ortiz, obispo de la Diócesis de Papantla, reunió a fieles, familiares y sacerdotes que dieron el último adiós a un pastor joven cuya vocación se distinguió por la entrega silenciosa y la cercanía con su pueblo.
Arroyo Hondo, escenario de una despedida solemne
Fue en la localidad de Arroyo Hondo, donde se ofició este jueves la misa de cuerpo presente del cura don Rafael Salvador Martínez, encargado de la parroquia de Jesucristo Rey y Señor del Universo. El templo parroquial se vio colmado por feligreses que, con profundo respeto, acudieron a acompañar a quien fuera su guía espiritual.
La presencia de monseñor don José Trinidad Zapata Ortiz, obispo de la Diócesis de Papantla, dio un carácter solemne a la celebración, en la que se destacó la importancia del ministerio sacerdotal vivido con fidelidad, aun en medio del sufrimiento.
El símbolo de la fe que acompaña hasta el final
El cuerpo del sacerdote reposaba en un ataúd de madera tallado con la imagen de Santa María de Guadalupe, signo de la devoción mariana que marcó su caminar pastoral. Durante la eucaristía, se elevaron oraciones por su descanso eterno y por el consuelo de su familia y de la comunidad de Arroyo Hondo, que hoy enfrenta la ausencia de su pastor.
La homilía invitó a mirar la muerte desde la fe cristiana, como un regreso a la casa del Padre, recordando que la vida entregada al servicio de Dios no se pierde, sino que se transforma.
Aplausos que hablan de gratitud
Al concluir la celebración, el momento más emotivo se vivió cuando el féretro salió del templo parroquial en medio de aplausos, gesto con el que la comunidad expresó su agradecimiento por la cercanía, el acompañamiento y la palabra del sacerdote que los guió en momentos importantes de su vida espiritual.
Entre lágrimas y oraciones, el ataúd fue colocado en la carroza fúnebre que posteriormente partió rumbo a su lugar de origen, acompañado por el respeto y el cariño de quienes lo conocieron.
Un dolor llevado en silencio
De manera extraoficial, se informó que el padre Rafael Salvador Martínez padecía cáncer, enfermedad que enfrentó con discreción, sin exteriorizar su padecimiento. A pesar de ello, continuó cumpliendo con su ministerio hasta que sus fuerzas se lo permitieron.
Su fallecimiento ocurrió a los 29 años de edad, una partida temprana que dejó consternada a la comunidad, pero que también se convirtió en testimonio de fortaleza, fe y entrega absoluta a su vocación.
Una semilla sembrada en la comunidad
Para los habitantes de Arroyo Hondo, la vida del padre Rafael Salvador Martínez representa una semilla que germinó en poco tiempo, pero que dio frutos visibles en la fe y en la vida comunitaria. Su recuerdo permanece vivo en cada palabra compartida, en cada celebración presidida y en cada gesto de cercanía pastoral.
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