Exhiben piezas creadas por pacientes psiquiátricos
Michoacán, a 19 de marzo del 2025.- Katanas hechas de Lego y decenas de dibujos de seres fantásticos; listas infinitas en cuadernos y hojas; juegos invertidos de sombras, y críticas sociales a partir de dibujos y autorepresentaciones, se exhiben en la exposición “Las reglas del juego”, del Museo del Objeto del Objeto (MODO).
Esta exposición, reúne el trabajo de varios pacientes psiquiátricos de Centro Varonil de Rehabilitación Psicosocial y el Centro Femeninl de Tepepan, quienes han encontrado en las prácticas artísticas una forma lúdica de expresión.
“Existe una serie de lugares comunes asociados al encarcelamiento y al padecimiento psiquiátrico, y que es muy común de ver películas de horror, pero la realidad es completamente diferente. Nadie quiere caer en ese tipo de lugares, pero muchas de estas personas son parte de la población vulnerable.
“Muchos de los delitos que cometieron fueron mínimos, como robar comida o por estar involucrados en situaciones que no pueden controlar. Es por eso que ese tipo de ejercicios arrojan luz en esos espacios poco conocidos”, dijo Ricardo Caballero, curador de la muestra y mediador de dinámicas artísticas de estos expositores, para quienes el juego es un aliciente.
La muestra se compone de un núcleo colectivo y otros varios que se enfocan en los intereses particulares de los pacientes. El primer nodo reúne piezas que refieren a la posibilidad de “un trasplante de cerebro”, el cual, a decir del curador, permite ver cómo los pacientes conciben el pensamiento y sus dinámicas.
Entre los expositores que destacan se encuentra MAFO —casi todos son presentados con pseudónimos a petición suya— quien presenta la serie de trabajos “Electroencefalograma de la burocracia en México actual 1962-2024”, compuesta de dibujos y piezas autorreferenciales que reflexionan sobre diversos temas como la política cultural y el desempleo, como sucede en una pieza que es una solicitud de empleo en gran formato en que el mismo artista pide trabajo en el MODO.
También se presentan los diseños de espadas japonesas de Imanol, quien además enseña japonés a sus compañeros privados de su libertad; así como una serie de libretas en las que Rick realizó listas que de pronto parecen tener sentido literario, pero que terminan siendo referencia de sus intereses; o un cuadro surrealista, hecho por El Arqui, en el que cuestiona la relación entre lo correcto y lo incorrecto como un diálogo parecido al de la Ouija.
Igual se exhibe un cuadro con motivos espaciales relacionado con avistamientos de uno de los pacientes, el cual se pone en diálogo con varios objetos propagandísticos de la carrera espacial en la URSS; una serie de fotografías instantáneas que les permitió experimentar con un nuevo tipo de arte; juegos de letras hechos con sellos, así como representaciones de manos haciendo sombras, acompañadas de instalaciones de lámparas que irónicamente no iluminan.
En cuanto al valor artísticos de las piezas Caballero explica que a diferencia de la obra de autores consolidados, las piezas que se exhiben “habitan en el margen —más no en la marginalidad que tiene una connotación negativa—de las instituciones que las legitiman. Es muy importante y especial porque son ellos mismos quienes determinan que lo que hacen es una obra artística o no, como un proceso de aprendizaje”.
La exposición termina en el “sótano” del museo, donde se han instalado representaciones de clásicos juegos infantiles como el avioncito, basta y stop; mientras que en las paredes los visitantes podrán escribir sus sentimientos y pensamientos en torno al avance del tiempo. Hay un último módulo que está aún en desarrollo, el cual presenta una serie de mapas que refieren diferentes tipos de cartografías, tanto personales como críticas.
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