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Nicaragua oficializa reforma constitucional que consolida el poder de Ortega y Murillo

Nicaragua,
a 20 de febrero del 2025.- El gobierno de Nicaragua ha puesto en vigor una reforma constitucional que redefine la estructura del Estado, centraliza el poder en la figura del presidente Daniel Ortega y otorga a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, el nuevo cargo de “copresidenta”, consolidando su influencia en el gobierno.

La enmienda, que ha sido ampliamente rechazada por organismos internacionales como la ONU, la OEA, Estados Unidos y el Parlamento Europeo, fue publicada en el Diario Oficial La Gaceta, apenas 19 días después de ser aprobada en segunda y definitiva legislatura.

Entre los cambios más significativos, la reforma extiende el mandato presidencial de cinco a seis años, otorga al Ejecutivo la facultad de coordinar todos los órganos del Estado, que ahora dejan de llamarse poderes, y legaliza la apatridia, una medida que ha sido utilizada para despojar de su nacionalidad a opositores.

Además, se crean nuevas fuerzas de seguridad: las "fuerzas militares de reserva patriótica" y la "policía voluntaria", que, según críticos, serían estructuras parapoliciales y paramilitares bajo el control directo del gobierno.

En total, los legisladores reformaron 148 de los 198 artículos de la Constitución y derogaron otros 37, incluyendo el que prohibía la tortura, lo que ha encendido alarmas sobre el debilitamiento de las garantías democráticas en el país.

La reforma establece que Nicaragua es un Estado “revolucionario”, donde el poder lo ejerce directamente el pueblo a través de la Presidencia de la República, que ahora dirigirá y coordinará todos los órganos estatales, incluyendo el legislativo, judicial, electoral y de control.

Además, la Presidencia se convierte en la Jefatura Suprema del Ejército de Nicaragua, la Policía Nacional y el Ministerio del Interior, reforzando el control del Ejecutivo sobre las fuerzas de seguridad.

Otra de las modificaciones más polémicas es la inclusión de la bandera del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), partido en el poder desde 2007, como símbolo patrio oficial, lo que refuerza la ideologización del Estado.

Con estos cambios, el régimen de Ortega y Murillo ha eliminado cualquier equilibrio de poderes, consolidando un modelo de gobierno sin contrapesos y reforzando el control absoluto sobre el país.

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