México ante la Urgente Necesidad de Justicia Social: Desigualdad, Reformas Incompletas y la Crisis del Sistema Judicial.
Misantla, Ver., a 23 de febrero del 2025.- En la actualidad, México enfrenta una grave crisis de justicia social que persiste pese a las reformas implementadas a lo largo de las décadas, el Licenciado Carlos Gabriel Sánchez Ortiz, titular del despacho GS Abogados y doctorado en el Instituto de Investigaciones del Estado de Puebla, lo plantea con claridad: después de 80 años de políticas neoliberales, el país sigue arrastrando un lastre de injusticia social que se refleja en una profunda disparidad entre los sectores más favorecidos y aquellos que viven en condiciones de pobreza extrema.
En su análisis, Sánchez Ortiz subraya que la justicia debe ser entendida como un derecho básico e inalienable para todos, independientemente de su estatus socioeconómico, "nos corresponde a todos los derechos fundamentales: el derecho a la vida, la salud, al trabajo, a una vivienda digna, a un ambiente saludable", menciona, destacando que estos derechos deben ser garantizados por el Estado, pero lamentablemente, "México adolece de grandes discrepancias entre los que más tienen y los que menos tienen".
Las estadísticas son alarmantes: de los 126 millones de mexicanos, una parte significativa vive en condiciones de pobreza, y la tercera parte de la población se encuentra en pobreza extrema, esta realidad, según Sánchez Ortiz, se debe a la falta de una verdadera distribución de la riqueza y del trabajo, un problema que no ha sido resuelto por las administraciones pasadas de todos los colores políticos, "la política de todos los sexenios ha fallado en resolver la grave situación de la justicia social en México", afirma.
El especialista señala que los programas sociales, aunque paliativos, no resuelven el problema de fondo. Estos son meras soluciones temporales que no abordan la raíz de la desigualdad, lo que México necesita es una redistribución real de los recursos, el trabajo y la responsabilidad social, de lo contrario, el país continuará siendo incapaz de aprovechar su potencial, ya sea en la industria, la investigación, el turismo o la manufactura, "¿por qué no podemos inventar un teléfono celular o fabricar un automóvil?", se pregunta Sánchez Ortiz, aludiendo a la falta de innovación y de industrias tecnológicas propias.
En cuanto al sistema judicial, el Licenciado Sánchez Ortiz lanza una crítica contundente a la reciente reforma que permite la elección popular de jueces y magistrados, a su juicio, esta medida debilita la independencia del poder judicial y pone en peligro la calidad de las decisiones jurídicas, "el problema no es que los jueces sean elegidos, el problema es que no tienen la experiencia y formación necesaria para tomar decisiones clave en casos que involucran derechos fundamentales", explica, comparando la situación con la elección de un médico especialista: "¿Preferirías que te opere un médico recién graduado o un cirujano especializado?", plantea, reforzando la idea de que la justicia debe ser manejada por expertos en la materia.
Además, Sánchez Ortiz resalta la grave situación que enfrentan los periodistas en Veracruz, uno de los estados más peligrosos para el ejercicio del periodismo en el país, "el oficio de ser periodista es un problema muy grave en Veracruz", lamenta, refiriéndose a los ataques y homicidios sufridos por los comunicadores, recientemente, un tribunal estatal ordenó que una periodista se disculpara públicamente, una medida que, según él, vulnera los derechos fundamentales de los periodistas y contribuye a la autocensura.
Por último, el Licenciado Sánchez Ortiz enfatiza la importancia de un sistema judicial robusto y la coordinación entre las diferentes instituciones encargadas de la justicia, según él, si México pudiera poner en marcha un sistema judicial eficiente y coordinado con la policía y el Ministerio Público, el cambio sería tangible en un año, "si trabajamos todos los engranajes juntos, podríamos ver los resultados de inmediato", concluye, dejando claro que lo que México necesita no son reformas superficiales, sino una transformación profunda que garantice la justicia social para todos sus habitantes.
Esta reflexión invita a repensar la realidad mexicana y cuestionar el rumbo del país ante una justicia social aún inalcanzable, donde aún se percibe el sueño de los justos en esta índole que aún permanece.
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