Misantla inaugurará una sala histórica para honrar su legado musical
Por Arquímedes González.
Misantla, Ver., a 19 de noviembre de 2025.- El Museo Casa Señorial abrirá este 21 de noviembre una sala dedicada íntegramente a la música misanteca, un proyecto impulsado por el gestor cultural Patricio Javier Pérez y Pérez, quien durante años recopiló, restauró y rescató objetos, historias y nombres que conforman la identidad sonora del municipio. El espacio busca ser un archivo vivo que crezca con la colaboración de la ciudadanía.
Un gesto individual convertido en patrimonio colectivo
Misantla está a punto de vivir uno de los acontecimientos culturales más significativos de su historia reciente: la apertura de su primera sala dedicada completamente a la preservación y celebración de su legado musical. Se trata de un proyecto que no proviene de instituciones oficiales ni presupuestos públicos, sino de la convicción íntima de un ciudadano que entendió que la memoria cultural solo existe cuando se comparte y se cuida.
Ese ciudadano es Patricio Javier Pérez y Pérez, gestor cultural altruista, quien decidió emprender una misión ardua: rastrear los sonidos que han acompañado a Misantla a lo largo de generaciones. Durante años recorrió caminos, tocó puertas y escuchó historias guardadas solo en la memoria de los mayores del pueblo. Su propósito ha sido evitar que las melodías, voces y agrupaciones que formaron el carácter musical del municipio desaparezcan sin dejar rastro.
“La cultura es para todos. No pertenece a nadie, se comparte. Es un acto de amor hacia nuestra gente”, afirma Patricio, consciente de que su labor rebasa lo museográfico. Su trabajo es, ante todo, una defensa de la identidad.
La trompeta que encendió la misión
El origen de esta sala se encuentra en un momento profundamente personal. Cuando falleció su padre, Manuel Pérez Felipe, músico, campesino y panadero que formó parte de la memorable orquesta Los Lechuzos, la trompeta familiar quedó en silencio. Patricio decidió restaurarla y así comenzó un camino inesperado: entender que ese instrumento era mucho más que un objeto; era un testigo vivo de una época en la que Misantla vibraba con serenatas, boleros y noches iluminadas por la música.
Ese acto íntimo lo llevó a reconstruir la instrumentación completa de Los Lechuzos, rastrear fotografías en viejos baúles, recopilar nombres de músicos ya fallecidos, verificar fechas, instrumentos y anécdotas. Cada pieza recuperada fue sumando color a un vasto mosaico cultural que hoy podrá ser observado por cualquier visitante del Museo Casa Señorial.
Una sala que narra siglos de historia sonora
La sala que abrirá al público el 21 de noviembre no solo exhibe objetos: relata una historia completa del sonido misanteco. Su diseño permite un recorrido cronológico y sensorial que conecta las raíces prehispánicas con la música contemporánea del municipio.
Entre sus elementos más destacados se encuentran:
Instrumentos prehispánicos, vestigios de la tradición totonaca que antecede la etapa colonial.
Una línea del tiempo que recorre desde los rituales ancestrales hasta las agrupaciones actuales.
La trompeta restaurada de Los Lechuzos, convertida en símbolo emotivo del proyecto.
Una galería fotográfica monumental, con retratos de músicos que marcaron épocas completas.
Tableros con nombres y fechas de intérpretes, agrupaciones, compositores y maestros que guiaron generaciones.
Un espacio abierto a nuevas aportaciones, para que cualquier ciudadano pueda donar instrumentos, fotografías o documentos.
El concepto es claro: la sala no debe estar “terminada”, sino en constante crecimiento. La memoria musical de Misantla está viva y continuará expandiéndose con cada contribución.
Un municipio que influyó en la música internacional
Uno de los homenajes más destacados dentro de la sala está dedicado a Alfredo “El Güero” Gil, fundador del legendario Trío Los Panchos e ícono de la música latinoamericana del siglo XX. Aunque nació en Teziutlán, Puebla, fue Misantla quien vio nacer su formación musical: aquí afinó su oído, aquí aprendió los primeros acordes y aquí se moldeó la sensibilidad artística que, años después, conquistaría escenarios del mundo entero.
Este reconocimiento coloca a Misantla en el lugar que merece dentro de la historia musical internacional, subrayando que sus calles, familias y tradiciones tuvieron un papel decisivo en el desarrollo de una figura universal.
Serenatas que se apagaron… y que podrían renacer
En reflexión con este medio, Patricio lamenta la pérdida casi total de una de las grandes tradiciones locales: las serenatas.
“Era una tradición hermosa, que no solo celebraba el amor, sino el arte. No fue una muerte intencional; fue la modernidad la que fue apagando ese sonido”, comparte con nostalgia.
El objetivo de esta sala no es idealizar el pasado, sino reconectar a la población con prácticas musicales que fortalecieron la vida comunitaria. Para Patricio, rescatar la memoria es también abrir la posibilidad de que estas costumbres resurjan en una nueva generación.
Una obra construida con manos misantecas
El proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de ciudadanos comprometidos con la cultura local. Entre ellos destacan Alberto Pablo Adad Lavalle, Gustavo Salazar Grosskelwing y Luis Córdova Castillo, quienes aportaron apoyo técnico, humano y moral para que la sala pudiera materializarse.
A este esfuerzo se sumaron familias que generosamente donaron instrumentos, fotografías y relatos que ahora serán preservados con cuidado y dignidad dentro del museo.
Patricio hace un llamado abierto a músicos de todos los géneros —tríos, cumbia, mariachi, norteño, sinfónico, solistas y más— para que se integren a esta obra colectiva:
“No tiene dueño. Es del pueblo, para el pueblo. La música nos une y nos representa. Todo músico tiene algo que aportar a Misantla”, afirma con convicción.




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