Derrota histórica sacude a los socialdemócratas: Copenhague cambia de manos y reconfigura el mapa político danés
El Partido Socialdemócrata sufre su peor resultado municipal en décadas y pierde la capital tras más de un siglo de hegemonía.
Dinamarca, a 20 de noviembre de 2025.- En una jornada que redefine el equilibrio político de Dinamarca, los socialdemócratas de la primera ministra Mette Frederiksen cosecharon una derrota profunda en las elecciones municipales, perdiendo la alcaldía de Copenhague por primera vez en más de cien años y registrando un retroceso generalizado en todo el país. El Partido Socialista Popular asumirá el control de la capital tras un amplio pacto que deja fuera a los socialdemócratas, mientras medios y analistas califican el desenlace como “humillación total”. La caída golpea directamente a la primera ministra, quien había apostado por una nueva candidata, y abre interrogantes sobre la viabilidad del gobierno de centro y el eventual resurgir del bloque de derecha.
Copenhague cambia de color: un giro político sin precedentes
La capital danesa se convirtió en el epicentro del terremoto político. Con apenas 12,7 % de los votos —un desplome que relegó al Partido Socialdemócrata al tercer lugar— la ciudad se inclinó con claridad hacia la izquierda alternativa. La Lista Unitaria (22,1 %) y el Partido Socialista Popular (17,9 %) se erigieron como los nuevos actores determinantes, y este último asumirá la alcaldía tras sellar una alianza amplia que excluye por completo al partido gobernante.
El cambio tiene un marcado valor simbólico:
· Copenhague era un bastión socialdemócrata desde hace más de un siglo.
· En 2021 el partido había logrado retener la alcaldía por un margen mínimo, ya sin ser la fuerza más votada.
· Esta vez, la apuesta por una nueva candidata, Pernille Rosenkrantz-Theil, no solo no logró fortalecer su posición, sino que profundizó el rechazo tras una campaña marcada por ataques personales a sus socios tradicionales.
El nuevo alcalde socialista llega con una plataforma de fuerte contenido social: comida gratuita en escuelas, más vivienda protegida y medidas de sostenibilidad urbana, propuestas que calaron en un electorado capitalino cada vez más joven, progresista y exigente en materia ambiental.
El derrumbe nacional: retrocesos, pérdidas de alcaldías y un bloque en recomposición
A escala nacional, los resultados confirmaron los pronósticos más pesimistas. Los socialdemócratas registraron un 23,2 % de los votos, más de cinco puntos menos que en 2021, en medio de una ola de fragmentación y descontento con los grandes partidos. El Partido Liberal, pese a su propia caída en apoyo ciudadano, logró arrebatarle la posición de fuerza con más alcaldías: 39 contra 26.
Aunque el Partido Socialdemócrata retuvo Aarhus, Odense y Aalborg —las otras grandes ciudades danesas—, el equilibrio político de los municipios muestra un escenario de mayor competencia, volatilidad y avance de fuerzas medianas y pequeñas.
Los análisis de prensa fueron contundentes:
· “Humillación total”, tituló un medio nacional.
· “Catástrofe”, “hundimiento”, “desplome anunciado”, fueron otros calificativos recurrentes.
El sentido común de los comentaristas coincide en que la derrota es más profunda que el dato numérico: representa una erosión de confianza, una pérdida de identidad local y un desgaste acumulado del liderazgo socialdemócrata.
El impacto personal y político para Mette Frederiksen
La primera ministra aparece en el centro del huracán. Fue ella quien hace un año tomó una decisión que ahora pesa como un lastre: reemplazar a la alcaldesa Sophie Hæstorp Andersen por Rosenkrantz-Theil, buscando un perfil con mayor llegada popular. El movimiento no solo no funcionó, sino que ha sido interpretado como un error estratégico de largo alcance.
Frederiksen reconoció la magnitud del revés:
“El retroceso es mayor de lo que habíamos calculado y eso no es satisfactorio”, admitió la mandataria.
Sin embargo, se negó a especular sobre las causas profundas de la caída y defendió la controvertida formación del gobierno de centro junto a liberales y moderados, una coalición inédita que rompió con su tradición de alianzas a la izquierda.
La líder socialdemócrata insistió en mantener la unidad del Ejecutivo, pero el desgaste interno y externo se hace evidente, justo cuando se acerca la fecha límite para convocar elecciones legislativas antes del 31 de octubre del próximo año.
¿El fin del gobierno de centro? Las señales de un giro hacia la derecha
Analistas y medios liberales ya auguran un reacomodo del panorama político. El influyente diario Berlingske fue categórico:
“La idea de un Gobierno de centro ha muerto”.
Las encuestas recientes también muestran un deterioro de los partidos que integran el Ejecutivo y el fortalecimiento paulatino del bloque de derecha, que por primera vez en años parece en posición de disputar una mayoría.
Aun así, el líder liberal y ministro de Defensa, Troels Lund Poulsen, celebró sus resultados municipales —que incluyen tres de las cuatro regiones del país— con prudencia:
“Me voy a permitir estar alegre, pero no significa que ahora vaya a decir que soy candidato a primer ministro”.
En un escenario político fragmentado, los próximos meses podrían redefinir alianzas, estrategias y liderazgos. La debacle socialdemócrata, lejos de ser un evento aislado, podría ser el punto de inflexión hacia un nuevo equilibrio nacional.
Datos esenciales del evento electoral
· Resultado clave: El Partido Socialdemócrata sufre su peor desempeño en décadas y pierde la alcaldía de Copenhague tras más de cien años.
· Ganador en la capital: Partido Socialista Popular (PS), con apoyo del Lista Unitaria y otros aliados.
· Porcentajes relevantes:
o Socialdemócratas en Copenhague: 12,7 %
o Lista Unitaria: 22,1 %
o Partido Socialista Popular: 17,9 %
o Resultado nacional socialdemócrata: 23,2 %
· Escenario político: Crisis en el gobierno de centro, fortalecimiento de fuerzas de izquierda alternativa y señales de resurgimiento del bloque de derecha.
· Contexto: Elecciones legislativas deberán convocarse antes del 31 de octubre del próximo año.
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